La frecuencia de un sonido controla su tono. Cuando más baja sea la frecuencia, más bajo será el tono y viceversa. En general los seres humanos pueden oír sonidos que varían entre los 20 Hz y los 20.000 Hz. Un sonido de 20 Hz es un sonido grave muy profundo. Un sonido de 20.000 Hz será un aullido extremadamente alto. Cualquier sonido que esté fuera de ese intervalo será muy grave o demasiado agudo como para que las personas puedan oírlo.
Recuerde que la frecuencia no controla la presión acústica (volumen). Un tono de mayor frecuencia no necesariamente tiene un volumen más elevado. La presión acústica no se mide en Hertz, sino en decibeles (dB).